La diferencia mas obvia es la de la temperatura, una sauna tradicional puede llegar a alcanzar los 110º C (normalmente se regula a temperaturas no superiores de 80º C), una sauna de infrarrojos se utiliza a temperaturas inferiores, alrededor de los 50º C.
Además, la forma de aumentar la temperatura dentro del habitáculo es muy diferente. Mientras que la sauna clásica utiliza un calefactor eléctrico de alta potencia con piedras volcánicas para calentar por convección el aire, la sauna de infrarrojos consiste en resistencias que emiten radiación de onda larga.
Estas resistencias infrarrojas, que pueden o no estar a la vista, generalmente están hechas en cerámica o carbono.
Estas últimas difunden el calor de forma mas homogénea. De ahí, que sea mas difícil concentrar los infrarrojos en un solo punto, lo que se intenta cuando existe dolor muscular.
Existen también sistemas sofisticados que integran las resistencias eléctricas en la superficie de todas las paredes con el fin de transformar la madera en difusor de calor de los infrarrojos.
El aumento de la temperatura de la sauna con los infrarrojos es muy rápido, en 10-15 min se consiguen temperaturas de 50º C y el calor se nota desde que se entra en la sauna. Sin embargo, la sauna tradicional necesita una media hora para calentarse, ya que es el aire el que por convección calienta la sauna.
En este tipo de saunas, el espacio está mucho mejor aprovechado ya que no existe calefactor eléctrico y los infrarrojos quedan integrados en las paredes. El consumo eléctrico de los infrarrojos es mucho menor que el de un calefactor de sauna tradicional, pudiéndose comparar el consumo al de un aspirador.
La sauna tradicional necesita estar en marcha alrededor de 1h 30 min de funcionamiento algo innecesario en las saunas de infrarrojos.
¿Por qué elegir una sauna de infrarrojos?
El motivo principal de la elección de una sauna de infrarrojos es el poder soportar el calor de este tipo de saunas. Como mucho con temperaturas de 60º C en seco, capaz de ser tolerado por una persona de cualquier edad.
Es suficiente con practicar una sesión de entre 50-60º C, para beneficiarse de los efectos del infrarrojo. El aire se puede respirar fácilmente ya que lo que calienta es el infrarrojo directamente.
El ritual de la sauna de infrarrojos es mucho mas corto que el de la sauna tradicional. Una ducha caliente para preparar el cuerpo, después una sesión de entre 30-60 minutos y finalmente una ducha con agua tibia. En la sauna de infrarrojos está totalmente desaconsejado tomar una ducha de agua fría al final de la misma ya que puede provocar contracturas y malestar.
La frecuencia del baño también es distinta, mientras que en las saunas es de 1 semanal, en las de infrarrojos puede tomarse todos los días.
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